jueves, 12 de enero de 2012

Vi är tillbaka! / ¡Estamos de vuelta!

¡Hola amigos!

Ya estamos de vuelta en Lund tras estas navidades tan intensas. Los días en Madrid viéndoos a muchos (a algunos incluso inesperadamente) fueron magníficos, y nos disteis un poco de todo: bebés, sobrinos, jamón, campanas de boda, casas nuevas, casas renovadas, jabón artesano, barrigas (de embarazada), regalos estupendos, descubrimientos (maravilla la escondida librería "Traficantes de Sueños" en Lavapiés), queso de Zamora, y muchos besos y abrazos. Madrid (no vosotros) nos agració también con el Gordo de turno: una contaminación del copón.

(Ana) Botella que no ve, pulmones que se resienten
Así que gracias a todos por vuestro cariño... y por vuestras demandas de actualización (algunas quizá tal vez posiblemente un poco demasiado... ¿insistentes? ;-)) y comentarios halagadores sobre el blog. Me he sentido muy contento de que os guste tanto leernos, y muy miserable por tener este diario tan abandonado últimamente. Así que espero que volvamos a aplicarnos.

Como decía, de vuelta en Lund y sin mucho cambio... y respondiendo a vuestras potenciales preguntas, esto significa que:
1) NO ha nevado todavía (!)
2) NO ha bajado de cero durante el día (!!)
3) NO nos hemos olvidado del poco sueco que sabíamos (el idioma, no el rubio) (sí, seguiré haciendo este patético chiste siempre que se presente la ocasión) (!!!)

Además, seguimos en racha: ¡a veces sale el sol! maravilloso.

Aunque el próximo curso de sueco no empieza hasta el día 23, y el máster de GIS hasta el 16, vamos poco a poco retomando nuestras rutinillas: jugar al volley (Mery) y salir a correr (yo) (D. Luis Aguado, vete preparando que de aquí a la media maratón hay un tirito), intercambios de sueco-español, nadar (el lunes abrieron la nueva y flamante piscina olímpica de Lund, que vamos a proceder a estrenar la próxima semana), ver las noticias en sueco, tomar bastante café, nuestros almuerzos semanales con nuestro reducido grupete "social", y nuestra ejemplar organización hogareña que llevamos a cabo los 4 habitantes de esta casa, ejemplo a seguir de eficiencia doméstica, olé.

Mientras empiezan los cursos de sueco, estamos estudiando en casa, todo lo que hemos visto pero no ha calado del todo, que es mucho porque dos horas y media de sueco al día durante dos meses es... mogollón de información. ¡Juventud, divino tesoro! pero leñes, qué pocas neuronas me quedan.

Y seguimos sorprendiéndonos con los suecos, para lo bueno y para lo malo... hoy he llegado a un restaurante universitario donde estaban unos amigos comiendo, y cuando voy a pedir, resulta que no hay nadie. Miro el horario: cierre a las 13:30. Miro mi reloj (Casio de 1992 = precisión atómica): las 13:34. Miro hacia la cocina: recogiendo. Pregunto (retóricamente) a uno de los tipos: ¿está cerrado? (con la esperanza -muy pequeña- de que se "apiadase" de mi y me sirviera un platico de los muchos que seguro les habían sobrado) y me dice, con su cara de Olof: claro. ¿Claro? ¿Qué hago, le ahogo? ¡¡por 4 minutos!! me imagino en Granada o en Málaga o en Madrid o en León y anda que no me habrían sacado un plato de algo, una sopica, unas papas... Así que me he tenido que ir a otro sitio a comer. Muchas veces se agradece la seriedad con que hacen aquí las cosas, pero a veces les falta salir un poco del molde :-)

El viaje de vuelta (retrocedo un poco en el tiempo) fue bien, bastante cargaditos (100 kg de equipaje entre los 3, tres gatos, tres bultos de mano, y un panettone de última hora, en bolsa de fibra de patata del Carrefour, como no podía ser de otra manera).

"Esto, para empezar", le dijimos a la de facturación. Y nunca más se supo de ella
Al llegar a Lund cogimos un taxi-camión. El taxista resultó ser albanés-macedonio (de frutas), y se puso a hablar en sueco con un servidor. Las cosas de la globalización. Moló recordar los sitios a los que viajamos en aquel mítico viaje a Albania hace ya dos años y pico. De los nombres ni flores, menuda memoria.

Al llegar a casa empezamos a deshacer las maletas (solo empezamos, porque deshacer semejante entuerto nos llevó un par de días), y al ir sacando nuestros más preciados tesoros fui realizando la siguiente composición, que lleva el poco original título de "Bodegón (y nunca mejor dicho) ibérico":

Esta vez sí que pega: ¡nos vamos a poner púos!
Gracias sobre todo a nuestras familias, y también  a Raka y Fati por el vino de cuyo nombre no quiero acordarme, y a Pau por la bota, que aunque es regalo antiguo y viajado, acaba de llegar a Suecia.

Para terminar, Leo-Chopito se ha adaptado muy bien de nuevo, y ha vuelto a su cesta preferida en la que no cabe pero en la que él se mete por sus partes (las que no tiene).


Hay que ver qué molesto este solazo sueco

1 comentario:

  1. Bienvenidos! Nosotros acabamos tb de aterrizar en Madrid, procedentes de Berlin, con ganas de empezar tambien la rutina.....
    Besos!
    Mpi

    ResponderEliminar