lunes, 1 de octubre de 2012

La Cátedra / Professuren

¡Hola chavalotes!

Como os comentaba en la entrada anterior, el finde del 7 de septiembre fue fecundo (como las pipas) en acontecimientos. Nosotros celebrábamos un año en Suecia, hecho que en sí no fue festejado, pero dejémoslo en que formó parte del finde cotarril. El día 5, previo al evento, aterrizaron en Lund los padres de las criaturas, la que escribe estas líneas y la que iba a participar en lo que describo a continuación. 

El día 7 en sí pispo acudimos todos juntos y como pinceles a la ceremonia de entroniz... quiero decir, de "investidura" de mi hermana como catedrática de la Universidad de Lund, puesto que consiguió en mayo de 2011 pero que vicisitudes de la vida (por decir algo) hicieron que los agraciados no fueron "ojomeneados" hasta ahora.

Antes del evento nos endosaron el "pograma" (aquí os dejo el enlace por si queréis mirarlo, vosotros que habláis sueco. En la página 19 sale Cris). La ceremonia fue en el "Aula" de la Universidad, y no es que sólo tenga una, es que es la más guay.


El coro, haciendo gorgoritos

El CFC (Club de Fans de la Cris). Elegancia por tós lados

A las 16:00:00:00:00, la música empezó a sonar, el coro a cantar, y los señoritos disfrazados entraron en la sala, seguidos de los catedráticos, ataviados éstos con una elegante túnica modelo cucaracha. Todos igualitos, muy sueco ello.


Allí se vislumbra a la ojomeneada, entre otros ojomeneados
Venga, ¡más banderas!

Venga, más suecorr--- digo, ¡más banderas!
Como había unos cuantos catedráticos a los que presentar, a todos en sueco, os podéis imaginar que la ceremonia fue amenisísima: la hora y media que duró sólo nos pareció un año y medio. Pero nosotros salimos la mar de contentos, y contentos nos tiramos en plancha a por los "canapiés" que servían a continuación, que estaban muy buenos aunque para sentirse uno un poco lleno hubo que ingerir entre 40 y 50.
El tipo de la izquierda pegaba unos bostezos que ni el león de la Metro


Los marineritos de Lund
Radiante
Alrededores del edificio principal de la Universidad de Lund (el blanco)
Para celebrarlo por todo lo alto, Cris nos invitó a comer en uno de los mejores restaurantes de Malmö, Årstiderna (que significa "las estaciones del año"). Unos platos y un vino exquisito, un camarero que no se olvidará de nosotros fácilmente (si es que no se tiró de un puente al terminar su turno) y un ambiente estupendo, por no hablar de los comensales, todos guapísimos, cachas e incluso alguno con corbata. Pectacular.
Cris y Frank, pletóricos, y eso que no había llegado la comida

¿Puturrú de fuá, o fuá de puturrú?
Carnaca de la güena
Souflé de puturrú, que estaba de caerse
Mis ojos en fotografía aparecer, mi boca sonrisa mostrar
Como veis, no nos andamos con chiquitas, entre otras cosas porque es la primera y última cátedra que va a celebrar esta familia. A no ser que al gato le dé por la carrera académica, claro.

martes, 25 de septiembre de 2012

(Esto) no funciona / (Det här) fungerar inte

Hola amigos,

Hace un par de semanas se cumplió un año de nuestra llegada a Suecia. Concretamente el 7 de septiembre que, por coincidencias de la vida, celebramos este año por todo lo alto porque se celebró (con año y medio de retraso) la ceremonia de obtención de la cátedra por mi hermana. Eso fue un viernes de un fin de semana que dio mucho de sí, pero ya contaremos eso (y, quizá, las impresiones tras un año aquí) en otra entrada.

Bueno, os adelanto una de esas impresiones, y esta vez no muy positiva. Hoy hemos estado los dos, aunque en mesas separadas, en una de las actividades a las que nos apuntamos para hablar sueco, un "språkcafé" o Café de Idiomas, de Idioma en este caso. Lo organiza todos los martes por la tarde la biblioteca central de Lund. Y hoy he constatado una vez más algo que ya hemos comprobado Mery y yo anteriormente, y es lo mal organizado, o mejor dicho, lo poco justo que es el sistema gratuito de aprendizaje de sueco, SFI. Este sistema no tiene nada que ver con el språkcafé de la biblioteca, pero ahí va gente que participa en el mismo.

Os cuento en breve lo de SFI. Las siglas son por "Svenska för invandrare", que significa "sueco para inmigrantes". Es un sistema, presente en todo Suecia, para dar formación en sueco de forma gratuita a los que, como nosotros, han venido a Suecia como inmigrantes. Hasta ahí todo bien, incluso muy bien. El problema viene cuando 1) para acceder a dicho sistema necesitas tener el puñetero personnummer (yo todavía no lo tengo- para tenerlo me piden un contrato de trabajo de al menos un año, y para tener el contrato de trabajo necesito aprender más sueco, para lo cual me vendría estupendo participar en el programa, pero entonces me piden el personnummer... capisce?), y 2) una vez dentro (el caso de Mery), los criterios para pasar cursos y presentarte a exámenes son en muchos casos arbitrarios. Esto lo ha sufrido Mery en sus cannnes, que va visto cómo otros estudiantes de su curso han podido hacer el examen para pasar al siguiente nivel, teniendo menos nivel que ella. El profesor o profesora decide quién puede hacer el examen (debe haber un cupo, o se lo inventan ellos), y la impresión es que no sólo cuenta el nivel, sino el tiempo que llevas en ese curso, o en los anteriores. Es decir, llevas aquí tres meses y hablas y escribes peor, al examen. Tú llevas un mes y tienes buen nivel, te jodes.

Todo esto viene al hilo de que hoy, en mi mesa, estaba un hombre iraquí con el que ya habíamos coincidido otras veces. El tipo lleva 6 años en Suecia, ha pasado todos los niveles de SFI y algunos del programa que continúa a SFI (que se llama Komvux), es ya ciudadano sueco y profesor de árabe en la universidad. Y creedme, de verdad, si os digo que Mery y yo le damos unas cuantas vueltas a este hombre, con nuestro cutrenivel de sueco y todo. La cosa es que no es el primer caso que conocemos, sino uno de tantos muy parecidos. La sensación, muchas veces, es de que hay una discriminación positiva hacia algunos colectivos de inmigrantes que proceden de países con conflictos, sobre todo. Muchos, creemos, entran en Suecia como refugiados. Los inmigrantes europeos, que en algunos aspectos tenemos muchas más facilidades (no necesitamos visa de entrada, podemos estar en suelo sueco indefinidamente- aunque con matices), en este caso tenemos desventaja.

Puede que esto que estoy contando os chirríe un poco, pero ya sabéis cómo pienso con estas cosas así que no creo que sospechéis nada malo de mi :-) Mi (o nuestra) sensación es que los suecos, que quieren ser justos e igualitarios en todo, tratan de compensar las posibles (o más que posibles) dificultades de los que proceden de países no europeos con facilidades en cuanto a consecución de papeles y acceso a servicios/beneficios públicos, como SFI. El problema es que a costa de ello al menos yo me siento perjudicado. No es que pida más que ellos (bueno, no pido nada, sólo "me gustaría"), sino lo mismo. Por ejemplo, en el caso de gente que por su formación o sus circunstancias personales no haya podido acceder a una educación que le permita seguir las clases al mismo ritmo que otras personas, me parecería mejor que se reforzara ese aspecto, que se les ayudara ahí (destinando los recursos necesarios), en vez de favorecerles o "pasarles". Quizá el estado sueco piense que los que hemos tenido la suerte de tener una educación y venir de un entorno familiar y social favorable lo tengamos más fácil, y en muchos aspectos es verdad, pero nosotros necesitamos el sueco igual que todos los demás, porque sin él no podremos integrarnos en esta sociedad, y ése es, al fin y al cabo, el objetivo final de que el Gobierno sueco destine gran cantidad de fondos y esfuerzos a mantener el programa SFI.

Menudo ladri, ¿eh? hoy estoy un poco quemado con esto, porque veo que yo tengo que hacer por mi cuenta un esfuerzo extra cuando mis ganas de quedarme aquí, trabajar y formar parte de esta sociedad son, al menos, las mismas que las de los demás. Así que os toca tragaros el rollo, aaah, se siente, bota, rebota y en tu culo explota. Gracias por escuchar, el próximo día más y, seguramente, más divertido :-D

viernes, 14 de septiembre de 2012

¡Bienvenidos a LA! / Välkomna till LA!

De la serie "Entradas-que-debieron-ser-escritas-hace-siglos", presentamos hoy "Welcome to LA!", o el relato de una jornada gastronómico-festiva en el Malibú escandinavo: Landskrona.

Todo empezó en Midsommar, allá por junio, cuando Stefan nos invitó a la casita (es un decir) de sus padres (eso no es un decir, es verdad) en Arild, dentro de la Reserva Natural de Kullaberg (un sitio más bello que el culo de un camello). Allí conocimos a algunos otros amigos suyos, todos ellos de Landskrona. Como la lluvia decidió evitarnos la incomodidad de salir de casa y pasear, pasamos bastante tiempo todos juntitos dentro de la casa, y poco a poco nos fuimos enterando de que Landskrona no es un simple pueblo de Skåke, ni siquiera una simple ciudad de Skåne. Landskrona es... LA.

La bola de LA fue creciendo (con sus correspondientes coñas), hasta que toda la panda decidió que teníamos que ir un día a disfrutar de semejante meca de la belleza natural, la buena comida, el transparente agua de mar y no-sé-qué leches más. Creo que los foráneos nos trasladamos mentalmente a una playa de la Polinesia, pero llena de rubios hablando raro.

Al final llegó la invitación oficial, consistente en visita guiada (por ellos) por la ciudad, empezando por una visita guiada (por una guía) al castillo, o Citadel, y culminando en un ágape en el koloni (huerto+casita de campo) de Henke.

Fuimos en el coche de Stefan e Isabelle, y como llegamos con 5 minutos de margen (suficiente para visitar el centro de la ciudad) (espero que no lean esto) fuimos a dar una vueltecita, empezando por una de las mayores atracciones de LA. Porque, amigos, agarraos los machos: LA es... ¡el Centro de Europa!

Dice la leyenda: "un marciano muy grande se cansó de escribir, abrió la ventana del OVNI, y..."
Así que hicimos breve parada junto al lápiz que señala el punto en cuestión, como veis, un monumento de descomunales proporciones. Vamos, que casi nos lo pasamos. La pregunta científica es: ¿cómo se llega a semejante conclusión? la respuesta científica es: haciendo una triangulación, siendo los vértices del triángulo los tres extremos del continente, y calculando el centro de dicho triángulo. La respuesta real es: a ver.... amos a ver... mira Olof, tú pon el centro del triángulo aquí, enfrente de la panadería, y búscame los vértices, que algo hay que poner en la chapita. Y voilà: salió Spitsbergen (en las islas Svalvard), el Cabo San Vicente (en Portugal), y Astracán (en Rusia).



En fin, científico, lo que se dice científico.... Con razón hay unos cuántos sitios que se han autoproclamado el Centro de Europa. Y bueno, LA no sale en la lista, pero que no nos oigan nuestros amigos...
El Ayuntamiento. O, si no, un edificio muy tocho con pinta de Ayuntamiento

El castillo-fortaleza (Citadel). Mira que me ha salido bonica la "afoto"

Lo que yo te diga: se ponen cualquier cosa


Christian III, rey de Dinamarca y, por tanto, de esta parte de Suecia (ya no) (además está muerto)

Qué velocidades, la guía

La cárcel de mujeres. Si lo hicieran residencia de estudiantes se iban a liar pardas.

La biblia manchada de sangre. Es una larga historia. Y quien dice sangre, dice ketchup.


La Mery, muy natural ella


Paolo y Selma Lagerlöf. Dos genios

Una de las "casitas" de un koloni

El rey Oscar II paró en LA de camino a Landskrona. Monolito al canto.

Un señor abedul
Tras un delicioso paseo por la parte costera de la ciudad, partimos hacia los kolonis de Sylvia y Henke. Un koloni, o kolonilott (en inglés, allotment garden) es una zona de la ciudad que se ha reservado para huertos, casi siempre cada uno de ellos con una pequeña caseta (o casa) (o casoplón) asociada. Es lo más parecido a un huerto comunal, aunque cada parcela es individual y, aunque están todos pegados, no sé hasta qué punto los vecinos hacen labores jardiniles juntos (intuyo que poco).

Parte del kolonilott de Sylvia, con sus vistas. Estresante.

Encontrado en... ¡un trapo! La pregunta es: receta ¿de qué?

"Un pequeño rincón / para uso personal/ siéntate aquí un rato / si te encuentras mal".
O lo que es lo mismo, "cagódromo", pero en fino

El koloni y la casita de Sylvia (en la foto con Mery)



Aprendimos en Midsommar que estos amigos no se andan con chiquitas en cuanto a papear se refiere. En aquella ocasión nos pasamos tres días comiendo aunténticas delicias y bebiendo cerveza de la rica, vino del rico y schnapps (licores) de los no tan ricos pero que te levantan el ánimo muy rápido. Así que las expectativas eran altas, pero no defraudaron. Que traducido al castellano moderno es: nos pusimos púos.

Isabelle, haciendo prácticas de "acunamiento" con uno de nuestros calabacines (2.1 kg)

Qué placer, remover la ensalada con las pezuñitas :-)

Mis nuevas gafas. Veo peor.

La barbacoa de Henke y los chefs. Uno trabaja y dos miran.
En todos los sitios cuecen habas

Chef Wallin, soberbio

Sylvia, Lisa, Paolo y Henke con sus respectivos ojos haciendo chiribitas
El menú: salchichas de cordero a la barbacoa (magníficas), salmón a la brasa, verduras a la brasa, varias ensaladas, parmiggiano sacudido (del de verdad) (lo de sacudido es porque provenía de las fábricas afectadas por el terremoto en Italia a principios de verano), cervezacas, etc, etc. Y después, para hacer honor a la tradición (aun con un solo precedente), ¡a jugar al kubb! Los "looosers" o perdedores en Midsommar querían tomarse la revancha, pero no pudo ser porque cambiamos equipos. El mío perdió con estrépito.

Preparativos





Intuyendo la debacle, pero feliz

Autocastigo (por paquete)

Autocastigo (por masoca) 


Parte del koloni y la casita de Henke
Después de las partidas de kubb nos fuimos hacia la zona más genuina de LA, donde todo empezó, que es como un pueblito de pescadores (o era). Allí, los nenes encontraron unos juegos:

Annette demostrando músculo


Henke, tó cachas

Unas casitas de ná, en primera línea de playa. No, no han hecho bloques. No, aquí no es raro


Signorina Scacchetti, cuánto estilo

Sylvia y el sol



"Grunt" = ruido gutural que hace uno cuando se tira al agua doblado de forma ortopédica y se da en la frente con un bloque de hormigón con forma de tiburón uniójico y hambriento, colocado estratégicamente a la distancia correcta para desnucarte (que luego no digan que el idioma sueco no es conciso)

No es que hiciera una torra de no menearse, pero al combinarse los elementos sol, agua y no-frío-de-pelotas, había que bañarse. E íbamos a quedar superbien delante de nuestros amigos landskronianos. Qué luego no digan de los del Sur. ¡Vivan las apariencias!
El Guille, segundos antes de quasi-despelotarse

El Paolo, en proceso de despelote

Isabelle (la sirena de Quèbec) + futuro retoño. Le faltó tiempo.

Jerónimoooooooo (con los huevos por corbata)

Se podrá decir que no salto de forma elástica. pero no que no es perfecta geometría.
Todo ángulos rectos, oiga 

La isla de Ven, es la distancia. Bello, bello

La cuchipanda sueca (Svenska kuchipanden)

¡Viva LA!


Después del reconfortante bañito partimos de nuevo hacia El Monumento: Lisa y Paolo no habían estado todavía en el Centro de Europa (al menos, siempre será nuestro Centro de Europa). Emocionaicos perdidos de poder estar allí otra vez. La espera de unas horas se nos había hecho interminable.

El teatro de Landskrona



Y con semejante fin de fiesta, nos despedimos de LA, el Malibú de Suecia... hasta la próxima comilona. Tack, vänner!