viernes, 27 de enero de 2012

Elección exprés / Uttryckligt val

El sábado pasado el líder del Partido Socialdemócrata sueco (el equivalente al PSOE español) dimitió. Ayer jueves, cinco días después, eligieron a su nuevo líder.

Håkan Juholt (izq.) y Stefan Löfven (dcha.)
Esta rapidez a la hora de nombrar un nuevo líder (e intentar, con ello, acortar la crisis en el partido) me ha hecho pensar en el proceso actual en el PSOE, para elegir a su nuevo Secretario General, que lleva abierto desde las pasadas elecciones (noviembre) y que va a terminar en febrero. Es decir, más de dos meses. Teniendo en cuenta que los candidatos no son precisamente desconocidos, parece un poco excesivo (e incluso perjudicial para ellos) el tiempo que se están tomando en culminar el proceso (independientemente de plazos de estatutos y demás). Pero tranquilos, que no me voy a meter en eso, porque vosotros estaréis aburridos y yo también.

Pero no todo son luces (qué bonita frase) en la elección del nuevo líder socialista, Stefan Löfven. Por un lado, su predecesor, Håkan Juholt, el que parece que lleva un bigotín de esos que venden en la Plaza Mayor, se marcha tras un escándalo (del que se lleva hablando meses) relacionado con unas dietas que pidió al parlamento sueco en concepto de "ayuda" para el alquiler. Aunque el importe que podía pedir no estaba claramente regulado, y a pesar de que lo devolvió íntegramente, se le acusó de haber solicitado una cantidad desorbitada. El monto: 160 mil coronas, es decir, unos 20 mil euros. Esto, unido a su falta de popularidad y de apoyos en su partido, ha acabado por forzar su dimisión. (No voy a entrar a comparar los casos de corrupción en España con este) (aunque me entran ganas). 

Por otro lado, otra crítica que ha recibido el partido socialista sueco es la opacidad del proceso de elección del nuevo líder. Las instituciones suecas se caracterizan por su transparencia, y muchos otros partidos presentes en el Parlamento, que han elegido líder recientemente, lo han hecho de forma pública. Sin embargo, los socialdemócratas lo han hecho a puerta cerrada. Cierto es que querían evitar una crisis de liderazgo, pero las formas no han contribuido a mejorar su imagen. 

Y todo esto en un momento en que los socialistas, como en España, vienen de la peor derrota electoral de su historia (aunque aquí las últimas elecciones fueron en 2010). En Suecia gobierna una coalición conservadora (he descubierto que coalición y conservadora no son palabras incompatibles. De hecho, hay 4 partidos de centro-derecha en el Parlamento, que conforman la Alliansen, o coalición de Gobierno), que según las encuestas de opinión tiene un índice de aprobación medio-alto. Y, además de elegir un líder capaz de remontar las encuestas y devolver a los Socialdemócratas al Gobierno dentro de dos años, existían dos condicionantes adicionales: estar a la altura de algunos primeros ministros socialistas suecos cuyo bagaje es haber llevado a Suecia al nivel de desarrollo y bienestar actual (los SD gobernaron durante casi todo el siglo XX), y ser mujer... o casi. Porque a pesar de la teórica y en muchos aspectos práctica igualdad de género en Suecia, nunca ha habido una primera ministra. 

Pero como casi todos los posibles candidatos a liderar el partido dijeron esta semana en annan ska bita ihop tänderna (más o menos, "a otro con el marrón"), pues optaron por elegir a Löfven, un candidato de consenso. De momento, a juzgar por las opiniones de los analistas políticos y del pueblo, parece que no se han equivocado, puesto que es un tipo respetado y respetuoso, pero... no es mujer. Así que casi de las primeras cosas que dijo en sus primeras declaraciones como líder del partido fue "soy feminista". Muy curioso. Un día os contaremos más sobre el tema de la Igualdad de género en Suecia, que tiene mucha miga. Para muestra un botón: se han inventado una nueva palabra que no es ni él (han) ni ella (hon) ni ello (den/det), para aludir a los dos géneros indistintamente: "hen". Sería algo así como "elle". Ayer discutimos sobre ello en clase de sueco, y yo dije que me parecía que hay tal grado de igualdad en la sociedad sueca que ya no saben qué inventar, así que como están aburridos con el tema lo que han hecho ha sido precisamente eso, inventarse una palabra para que dé un poco de juego. Digamos que un bulldog tiene una mirada mucho más dulce que la que me echó la profesora.

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