viernes, 14 de septiembre de 2012

¡Bienvenidos a LA! / Välkomna till LA!

De la serie "Entradas-que-debieron-ser-escritas-hace-siglos", presentamos hoy "Welcome to LA!", o el relato de una jornada gastronómico-festiva en el Malibú escandinavo: Landskrona.

Todo empezó en Midsommar, allá por junio, cuando Stefan nos invitó a la casita (es un decir) de sus padres (eso no es un decir, es verdad) en Arild, dentro de la Reserva Natural de Kullaberg (un sitio más bello que el culo de un camello). Allí conocimos a algunos otros amigos suyos, todos ellos de Landskrona. Como la lluvia decidió evitarnos la incomodidad de salir de casa y pasear, pasamos bastante tiempo todos juntitos dentro de la casa, y poco a poco nos fuimos enterando de que Landskrona no es un simple pueblo de Skåke, ni siquiera una simple ciudad de Skåne. Landskrona es... LA.

La bola de LA fue creciendo (con sus correspondientes coñas), hasta que toda la panda decidió que teníamos que ir un día a disfrutar de semejante meca de la belleza natural, la buena comida, el transparente agua de mar y no-sé-qué leches más. Creo que los foráneos nos trasladamos mentalmente a una playa de la Polinesia, pero llena de rubios hablando raro.

Al final llegó la invitación oficial, consistente en visita guiada (por ellos) por la ciudad, empezando por una visita guiada (por una guía) al castillo, o Citadel, y culminando en un ágape en el koloni (huerto+casita de campo) de Henke.

Fuimos en el coche de Stefan e Isabelle, y como llegamos con 5 minutos de margen (suficiente para visitar el centro de la ciudad) (espero que no lean esto) fuimos a dar una vueltecita, empezando por una de las mayores atracciones de LA. Porque, amigos, agarraos los machos: LA es... ¡el Centro de Europa!

Dice la leyenda: "un marciano muy grande se cansó de escribir, abrió la ventana del OVNI, y..."
Así que hicimos breve parada junto al lápiz que señala el punto en cuestión, como veis, un monumento de descomunales proporciones. Vamos, que casi nos lo pasamos. La pregunta científica es: ¿cómo se llega a semejante conclusión? la respuesta científica es: haciendo una triangulación, siendo los vértices del triángulo los tres extremos del continente, y calculando el centro de dicho triángulo. La respuesta real es: a ver.... amos a ver... mira Olof, tú pon el centro del triángulo aquí, enfrente de la panadería, y búscame los vértices, que algo hay que poner en la chapita. Y voilà: salió Spitsbergen (en las islas Svalvard), el Cabo San Vicente (en Portugal), y Astracán (en Rusia).



En fin, científico, lo que se dice científico.... Con razón hay unos cuántos sitios que se han autoproclamado el Centro de Europa. Y bueno, LA no sale en la lista, pero que no nos oigan nuestros amigos...
El Ayuntamiento. O, si no, un edificio muy tocho con pinta de Ayuntamiento

El castillo-fortaleza (Citadel). Mira que me ha salido bonica la "afoto"

Lo que yo te diga: se ponen cualquier cosa


Christian III, rey de Dinamarca y, por tanto, de esta parte de Suecia (ya no) (además está muerto)

Qué velocidades, la guía

La cárcel de mujeres. Si lo hicieran residencia de estudiantes se iban a liar pardas.

La biblia manchada de sangre. Es una larga historia. Y quien dice sangre, dice ketchup.


La Mery, muy natural ella


Paolo y Selma Lagerlöf. Dos genios

Una de las "casitas" de un koloni

El rey Oscar II paró en LA de camino a Landskrona. Monolito al canto.

Un señor abedul
Tras un delicioso paseo por la parte costera de la ciudad, partimos hacia los kolonis de Sylvia y Henke. Un koloni, o kolonilott (en inglés, allotment garden) es una zona de la ciudad que se ha reservado para huertos, casi siempre cada uno de ellos con una pequeña caseta (o casa) (o casoplón) asociada. Es lo más parecido a un huerto comunal, aunque cada parcela es individual y, aunque están todos pegados, no sé hasta qué punto los vecinos hacen labores jardiniles juntos (intuyo que poco).

Parte del kolonilott de Sylvia, con sus vistas. Estresante.

Encontrado en... ¡un trapo! La pregunta es: receta ¿de qué?

"Un pequeño rincón / para uso personal/ siéntate aquí un rato / si te encuentras mal".
O lo que es lo mismo, "cagódromo", pero en fino

El koloni y la casita de Sylvia (en la foto con Mery)



Aprendimos en Midsommar que estos amigos no se andan con chiquitas en cuanto a papear se refiere. En aquella ocasión nos pasamos tres días comiendo aunténticas delicias y bebiendo cerveza de la rica, vino del rico y schnapps (licores) de los no tan ricos pero que te levantan el ánimo muy rápido. Así que las expectativas eran altas, pero no defraudaron. Que traducido al castellano moderno es: nos pusimos púos.

Isabelle, haciendo prácticas de "acunamiento" con uno de nuestros calabacines (2.1 kg)

Qué placer, remover la ensalada con las pezuñitas :-)

Mis nuevas gafas. Veo peor.

La barbacoa de Henke y los chefs. Uno trabaja y dos miran.
En todos los sitios cuecen habas

Chef Wallin, soberbio

Sylvia, Lisa, Paolo y Henke con sus respectivos ojos haciendo chiribitas
El menú: salchichas de cordero a la barbacoa (magníficas), salmón a la brasa, verduras a la brasa, varias ensaladas, parmiggiano sacudido (del de verdad) (lo de sacudido es porque provenía de las fábricas afectadas por el terremoto en Italia a principios de verano), cervezacas, etc, etc. Y después, para hacer honor a la tradición (aun con un solo precedente), ¡a jugar al kubb! Los "looosers" o perdedores en Midsommar querían tomarse la revancha, pero no pudo ser porque cambiamos equipos. El mío perdió con estrépito.

Preparativos





Intuyendo la debacle, pero feliz

Autocastigo (por paquete)

Autocastigo (por masoca) 


Parte del koloni y la casita de Henke
Después de las partidas de kubb nos fuimos hacia la zona más genuina de LA, donde todo empezó, que es como un pueblito de pescadores (o era). Allí, los nenes encontraron unos juegos:

Annette demostrando músculo


Henke, tó cachas

Unas casitas de ná, en primera línea de playa. No, no han hecho bloques. No, aquí no es raro


Signorina Scacchetti, cuánto estilo

Sylvia y el sol



"Grunt" = ruido gutural que hace uno cuando se tira al agua doblado de forma ortopédica y se da en la frente con un bloque de hormigón con forma de tiburón uniójico y hambriento, colocado estratégicamente a la distancia correcta para desnucarte (que luego no digan que el idioma sueco no es conciso)

No es que hiciera una torra de no menearse, pero al combinarse los elementos sol, agua y no-frío-de-pelotas, había que bañarse. E íbamos a quedar superbien delante de nuestros amigos landskronianos. Qué luego no digan de los del Sur. ¡Vivan las apariencias!
El Guille, segundos antes de quasi-despelotarse

El Paolo, en proceso de despelote

Isabelle (la sirena de Quèbec) + futuro retoño. Le faltó tiempo.

Jerónimoooooooo (con los huevos por corbata)

Se podrá decir que no salto de forma elástica. pero no que no es perfecta geometría.
Todo ángulos rectos, oiga 

La isla de Ven, es la distancia. Bello, bello

La cuchipanda sueca (Svenska kuchipanden)

¡Viva LA!


Después del reconfortante bañito partimos de nuevo hacia El Monumento: Lisa y Paolo no habían estado todavía en el Centro de Europa (al menos, siempre será nuestro Centro de Europa). Emocionaicos perdidos de poder estar allí otra vez. La espera de unas horas se nos había hecho interminable.

El teatro de Landskrona



Y con semejante fin de fiesta, nos despedimos de LA, el Malibú de Suecia... hasta la próxima comilona. Tack, vänner!

5 comentarios:

  1. Me ha encantado Guille.. genial recordarlo igen!

    Yo también tengo lágrimas en los ojos!

    Viva LA!!!!

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  2. Me ha encantado lo del lápiz señalador de centros de Europa. Se lo voy a plantear al Ayuntamiento de Las Rozas para que lo plante en el pueblo en algún sitio; luego ya calcularemos a ver de qué es centro ese punto...

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  3. Por cierto, se os ha olvidado mencionar el himno de ese pueblo ...
    LA LALALA
    LALALA
    LALALA
    ...

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